Uno de los problemas mundiales de la humanidad es garantizar la seguridad alimentaria de la población mundial. No es posible expandir el área de cultivo con tierra que actualmente no se cultiva, especialmente dada la presión del cambio climático.
Una forma de lograr mayores rendimientos es reducir las pérdidas de cultivos causadas por plagas. Por ejemplo, en cultivos como el arroz y el maíz, los insectos producen una pérdida de hasta el 15%.
El control biológico, en el que las poblaciones de insectos se reducen mediante el uso de otros insectos (sus enemigos naturales), generalmente se considera un enfoque sostenible y ambientalmente racional para reducir las pérdidas de cultivos de insectos.
Los enemigos naturales de las plagas de insectos son los parasitoides. Muchas de sus especies se crían actualmente con fines comerciales para la producción en masa con el fin de obtener un control inmediato de las plagas que atacan los jardines o invernaderos.
Pero su efectividad debe ser mejorada. Esto requiere no solo aumentar su número en los campos, sino también aumentar su éxito en la búsqueda de alimentos.
Los parasitoides se entrenaron permitiéndoles alimentarse con papel de filtro saturado con néctar fermentado de levadura durante 2 minutos, que se repitió 3 veces, se sintieron muy atraídos por estos y otros néctares de levadura durante las siguientes 24 horas. Esto muestra que cuando se entrenan los parasitoides, pueden producir más rápidamente néctar en el campo.
Debido a su alta capacidad de aprendizaje, los parasitoides pueden ser entrenados en masa antes de ser lanzados al campo para mejorar su rendimiento al buscar hospedadores y pulgones.